El bautismo es un rito de adopción y admisión al cristianismo casi invariablemente asociado con el uso de agua.
La palabra Bautismo proviene del griego y significa sumergir, significado que sigue teniendo hasta la actualidad. El Bautismo es el sacramento por el cual el hombre nace hacia la vida espiritual, por medio del agua y la invocación a la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Por el bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y partícipes de su misión.
En general existen tres formas de administrar el bautismo:
Bautismo por inmersión: El bautismo por inmersión se suele aplicar en Iglesias protestantes, como las bautistas y evangélicas, los Testigos de Jehová y la Iglesia adventista del séptimo día.
Bautismo por ablución o derramamiento: consiste en el derramamiento de agua sobre la cabeza; es la forma generalizada en el catolicismo.
Bautismo por aspersión: consiste en salpicar con agua. Esta es una forma utilizada solamente por aquellas Iglesias que practican el bautismo por ablución, cuando por alguna razón no es posible hacer un derramamiento de agua.