El gato lleva conviviendo con nosotros des de hace 10.000 años aproximadamente. Se cree que este acercamiento se produjo al ser atraídos por las plagas que convivían entre los humanos en sus asentamientos primitivos.
Los gatos son muy sociables y en estado salvaje conviven en colonias, estableciendo en ellas una jerarquía. Los gatos domesticados ven al ser humano como a un sustituto de su madre, alargando así el comportamiento de un cachorro aun siendo adultos.
Una de los objetos básicos que debemos proporcionarle a nuestro gato es un arenero o bandeja de arena para que haga sus necesidades. Es muy importante elegir bien el lugar donde lo colocaremos, pues debe ser un sitio tranquilo, limpio y alejado del comedero.
Algo que debemos tener presente es que nunca debemos jugar con nuestro gato con nuestras manos directamente, el gato debe aprender que nuestras manos son para acariciar, no para jugar. Si les acostumbramos desde pequeños a jugar con pequeños mordisquitos y arañazos a nuestras manos, cuando crezcan verán el arañarnos y mordernos como un juego, algo que podría convertirse en un verdadero problema.