Los orígenes de la ilustración – antes de la invención de la «escritura» – se remontan a la pintura rupestre en Chauvet, Lascaux y Altamira, cuando los artistas paleolíticos utilizaban carbón y ocre en sus cuevas para ilustrar lo que veían a su alrededor.
Hasta mediados del siglo XVI los grabadores de imágenes trabajaron poco menos que desconocidos para los libreros con la ventaja de que sus planchas podían ser tiradas al mismo tiempo que el texto lo cual no era óbice a que se intercalaran también láminas sueltas.
Existen diferentes tipos de ilustraciones:
Ilustraciones conceptuales, las imágenes pueden contener elementos de la realidad, pero en su conjunto tienen una forma o significado diferente.
Ilustraciones literales, Aquí hay generalmente una descripción exacta de la realidad.
Ilustración digital, la ilustración digital, en cambio, usa las nuevas tecnologías (a través de diferentes tipos de software) para la producción de imágenes.