La botella Contour nació para ser diferente.
A principios del siglo XX, cuando la fama de Coca-Cola había sobrepasado la de la farmacia de John Pemberton en Atlanta y comenzaba a extenderse por todo Estados Unidos, los embotelladores utilizaban botellas rectas de diferentes colores, que no tenían distinción alguna con las de otras marcas de refrescos y diferentes entre sí según la fábrica.
La aparición de bebidas imitadoras agravó el problema, en ocasiones con nombres y etiquetas muy similares a las de Coca-Cola, creando confusión entre los consumidores, que nunca sabían si el refresco que se iban a beber era auténtico o no.
Por eso Coca-Cola pidió a sus embotelladores que se pusieran de acuerdo para crear una única botella.
La botella Contour fue patentada el propio año 1915, y salió al mercado en 1916. El primer diseño tuvo que estilizarse un poco para cumplir los requisitos que marca la producción en serie de botellas y las máquinas de envasado. Pronto la versión definitiva se extendió por todo el mundo acabando con la confusión en los consumidores.
Actualmente el envase más utilizado de Coca Cola en todo el mundo es el platico por ser más fácil de llevar a diferencia del envase de vidrio, aunque hay excepciones y muchas otras personas siguen prefiriendo el envase de vidrio por conservar mejor la temperatura y el sabor.