Las uñas sirven principalmente para proteger las puntas de los dedos, ya que estos son bastante sensibles. No son indispensables para la vida, pero no dejan de ser un apoyo para las puntas de los dedos, los protegen de lesiones y nos ayudan a tomar objetos pequeños. Si no tuviéramos uñas, tendríamos problemas para rascarnos si nos pica o para deshacer un nudo. Además las uñas son indicativos de salud, puesto que si gozamos de una buena salud las uñas crecerán sin problemas, pero si son quebradizas y no crecen pueden indicar que estamos enfermos.
La piel que se encuentra debajo de la uña recibe el nombre de matriz. La parte más grande de la uña, la lámina ungueal, se ve de color rosa por la red de pequeños vasos sanguíneos que hay debajo, en la dermis. La zona blanca con forma de luna en la base de la uña recibe el nombre de lúnula. Las uñas de las manos crecen más rápido que las de los pies. Las uñas están hechas de queratina. Es la misma sustancia que usa el cuerpo para crear el cabello y la capa superior de la piel.
Cuando las células ubicadas en la raíz de la uña crecen, la nueva uña empuja a las viejas células de la uña. Estas viejas células de aplanan y endurecen, gracias a la queratina, que es una proteína que producen estas células.