El pincel como tal es un instrumento que dispone de un mango largo y delgado que, en uno de sus extremos, presenta un manojo de cerdas, ya sean naturales o sintéticas.
Se utiliza principalmente para pintar, aunque sus usos pueden ser diversos.
El mango es generalmente de madera y sirve al artista para sostenerlo.
Las maderas más usuales son las de abedul y tilo, por su facilidad de torneado y pulido, su liviandad y nula tendencia a arquearse.
Los mangos pueden ser largos o cortos dependiendo de su función del pincel.
Un mango largo se utiliza para los soportes situados en posición vertical, lienzos para colores al óleo y acrílicos, mientras que los mangos cortos son para soportes en posición horizontal, como la acuarela y técnicas al agua.
Para pintar en óleo los más utilizados son los de pelo de cerda, y sintéticos entre otros. Estos últimos hoy en día se pueden encontrar de muy buena calidad y a muy buen precio.
También están los pinceles de pelo natural (como el de marta), usados principalmente para detalles finos, difuminaciones, etc, pues por su suavidad prácticamente no dejan huellas, pero su precio es algo elevado.