Hoy quisiera contarles la historia de un reno al que nadie quería por ser tan feo ni siquiera el mismo imaginó lo que un día le pasó.
Era Rodolfo un reno
que tenía la nariz
roja como la grana
con un brillo singular.
Todos sus compañeros
se reían sin parar,
y nuestro buen amigo
triste y solo se quedó.
Pero Navidad llegó
Santa Clos bajó
y a Rodolfo lo eligió
por su singular nariz.
Tirando del trineo
fue Rodolfo sensación,
y desde ese momento
toda burla terminó.