La seducción suele emplearse sobre todo en el ámbito del romance.
El término puede tener una connotación positiva o negativa, según se considere mayor o menor cantidad de engaño incluido en la acción. Etimológicamente, seducir proviene del latín seductio («acción de apartar»). La primera acepción del verbo «seducir» en el Diccionario de la lengua española es «Persuadir a alguien con argucias o halagos para algo, frecuentemente malo.
Entre los famosos seductores de la historia figuran personajes como Cleopatra, Giacomo Casanova y el ficticio don Juan.
Grandes personajes destacados en la política, el arte, la literatura, el cine y los negocios han sido también grandes seductores; entre ellos, el pintor Pablo Picasso, los escritores Lord Byron, George Bernard Shaw y Frank Harris, el actor Rodolfo Valentino; los monarcas Francisco I de Francia, Carlos II (Inglaterra) y Eduardo VII (Reino Unido)