La palabra «pug» puede provenir del inglés antiguo pugg, el cual es un término cariñoso para un pequeño amigo juguetón. Los cachorros pug se conocen como pugletitos.
Los pug si son bien entrenados y adecuadamente socializados no son animales agresivos. Al igual que cualquier perro, pueden morder, pero es raro que esto ocurra sin que nadie le haga maltrato hacia el animal. Incluso se llevan muy bien con perros de raza más grande que ellos.
Ante los seres humanos, tienden a mostrarse juguetones y buscan la interacción. Sin embargo, pueden ser recelosos ante los extraños, y anunciar con sus ladridos la presencia de personas desconocidas. Si bien por su tamaño no son perros guardianes, sí son buenos «perros de alerta o alarma».
El pug es un animal pequeño, y requiere de poco alimento, sin embargo, al ser un animal de compañía, los dueños tienden a sobrealimentarlo y/o compartir sus comidas con ellos, lo cual no debe hacerse. El pug puede perfectamente alimentarse con pienso seco, y no pasar hambre ni requerir ningún suplemento extra.