Si hablamos de dinosaurios, dos imágenes suelen aparecer en nuestra cabeza, peleando por el protagonismo. Una es la de ese enorme dino saurópodo, de cabeza chiquita, cuerpo muy largo y gigantesco, y cola interminable. La otra imagen es la del dinosaurio más famoso, el Tyrannosaurus rex, T-rex para los amigos. Es el más conocido porque ha salido en gran cantidad de películas, series, dibujos animados, comics, novelas, etc. Si el otro día hablábamos del Velociraptor, el malo más interesante de la película Jurassic Park, en realidad es el tiranosaurio el que se lleva el protagónico. No en vano, durante casi un siglo fue el dinosaurio más estudiado y el carnívoro más maloso, pero terminó siendo desbancado por gran cantidad de fósiles que fueron apareciendo en las últimas décadas.