Colorear es una de las actividades más antiguas de la humanidad pero pocas veces recordamos todos sus beneficios. Para los niños es particularmente beneficiosa, así que es momento de sacar los creyones del baúl.
Ante la cada vez más enfática omnipresencia de los juegos electrónicos, muchas familias y también escuelas han optado por trabajar en el rescate de actividades que con el tiempo han sido desplazadas por otras más modernas. Tal es el caso del colorear. Y es que esta actividad, que en un primer momento no parece aportar mucho al desarrollo del niño es, por el contrario, un gran recurso para su crecimiento psicosocial.
Los colores siempre han llamado la atención de los niños, por lo que sentarlos a colorear o a dibujar no es una tarea muy complicada. Para ellos no solo resulta fascinante el poder asociar colores con animales u objetos varios, sino también muy divertido, porque entre otras cosas, les demuestra que tienen la capacidad de crear. Para los padres, el colorear no solo les ofrece a los niños la posibilidad de divertirse y de conocerse, sino también de desarrollar algunas destrezas que les servirán en el futuro.