En la mitología griega, las sirenas (plural griego: Seirênes) eran tres peligrosas mujeres-pájaro, retratadas como seductoras, que vivieron en una isla llamada Sirenum Scopuli.
Según el poeta griego Hesíodo, las sirenas habitaban la isla llamada Antemoesa («rica en flores»), donde aguardaban en solitario en un prado florido a la espera de divisar las naves para las que entonaban su canto. Según los poetas romanos Virgilio (en la epopeya Eneida) y Ovidio, vivían en los Sirenum scopuli o escollos de las sirenas, tres pequeñas islas rocosas.
El nombre sirena es aquel que se utiliza para designar a una de las más hermosas criaturas de la mitología, un ser acuático que es mitad mujer y mitad pez y que deslumbra a marineros con su pura belleza sino también (y especialmente) con su encantador canto.
Las sirenas son siempre representadas o descriptas como mujeres muy hermosas, jóvenes, pálidas y muy frágiles, con cabellos largos y sueltos que encantan a los marineros con sus cantos melódicos y su poesía.
En la actualidad hay opiniones acerca de la existencia de estas criaturas mitológicas. Esta diversidad la encontramos en documentales y artículos que aseguran e incluso argumentan su existencia.