El foco eléctrico fue inventado por Humphry Davy; sin embargo, Thomas Alva Edison lo mejoró de tal forma que fue posible su utilización práctica. Durante dos años trabajó en su laboratorio buscando un alambre o filamento, a través del cual fluyera la electricidad para insertarlo en un tubo de vidrio que no tuviera aire.
Finalmente, con el tubo y un filamento de carbón que provenía de un hilo de algodón, fabricó un bulbo de luz. Este bulbo, foco o lámpara estuvo encendido durante dos días en Menlo Park (Nueva Jersey).
En 1878, Edison comenzó a trabajar en un sistema de iluminación eléctrica, algo que esperaba que pudiera competir con el gas y la iluminación a base de aceite.
Edison continuó mejorando este diseño, hasta alcanzar las 40 horas de funcionamiento, y el 4 de noviembre de 1879 solicitó patente para una lámpara eléctrica utilizando un filamento de carbono y el vacío en su interior. Esta fue la primera luz incandescente comercialmente práctica. La patente le fue concedida el 27 de enero de 1880.