El gato es un animal doméstico que convive con el ser humano desde hace cerca de 9500 años. Pese a que pueden encontrarse en los hogares como mascotas, los gatos son depredadores y pueden cazar distintas clases de presas como aves, roedores, entre otros animales.
Suelen ronronear y maullar, ya que estos son dos de los mecanismos habituales que utilizan los gatos para comunicarse especialmente con el ser humano.
Uno de los rasgos característicos del gato es su astucia, es decir su habilidad para entender las cosas y aprovecharse de diferentes situaciones para su propio beneficio, generalmente engañando a los demás.
El nombre actual en muchas lenguas proviene del latín vulgar catus. Paradójicamente, catus aludía a los gatos salvajes, mientras que los gatos domésticos, en latín, eran llamados felis.
Como resultado de mutaciones genéticas, cruzamiento y selección artificial, hay numerosas razas. Algunas, como la raza Sphynx o la Peterbald están desprovistas de pelo; otras carecen de cola, como los gatos de la raza Manx, y algunas tienen coloraciones atípicas, como los llamados gatos azules.