El dibujo como tal es un arte gráfica, que consiste en plasmar sobre algún soporte real o virtual: papel, cartón, vidrio, madera, o el ordenador (en este último caso se denomina dibujo digital) los contornos de un objeto real o ficticio, el que puede pintarse con colores o ser blanco y negro o sombreado.
Por lo tanto un dibujo puede o no estar pintado. El lápiz es el instrumento fundamental del dibujante, aunque no el único, ya que existen diferentes tipos de materiales, pero sigue siendo este un material bastante usado por lo menos para realizar bocetos.
En la Edad Media como expresión del pensamiento oscurantista de su época, los dibujos representaban figuras esencialmente religiosas. Con el Renacimiento, los dibujos comenzaron a graficar imágenes humanas, en consonancia con un mundo cuyo fin era satisfacer las necesidades de las personas.