El nombre como tal es la designación verbal que se le da a una persona, animal u objeto con la finalidad de distinguirlos.
Los nombres pueden ser comunes o propios: si son comunes, señalan objetos abundantes, similares e idénticos, por ejemplo, «hombre«; si son propios, al menos en intención señalan personas, animales u objetos. Los filósofos antiguos, y en particular el griego Platón en su diálogo Crátilo, discutieron si los conceptos, y por tanto su expresión lingüística, los nombres comunes, representaban adecuadamente la realidad.
El nombre propio brinda a la persona identidad y los apellidos representan a la familia de la que se proviene.