Una persona altamente sensible hace que se sienta y se emocione más que el resto. No es una enfermedad, es un rasgo de personalidad, pero si este aspecto se desatiende es posible que de lugar a una serie de trastornos.
Hay expertos, como la psicóloga Elaine Aron, que denominan este tipo de personalidad como «altamente sensible».
A las personas altamente sensibles las definen diferentes aspectos, por ejemplo:
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Suele escuchar frases como «No te lo tomes tan a pecho», «No es para tanto», «Porque te preocupas de más»
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Suelen ser personas muy educadas, les gusta agradecer o pedir por favor las cosas.
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Suelen hacer deporte en solitario, pero trabajan muy bien en equipo aunque no les gusta tomar la decisión final.
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Es probable que padezcan ansiedad o depresión, especialmente si han estado expuestas a situaciones desagradables en las primeras etapas de la vida.
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Se sienten abrumadas con facilidad, no llevan bien el caos o los ambientes muy estresantes y los evitan a toda costa.
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Vive en un plano más profundo: Reflexiona y analiza cualquier dato o emoción que lee llega tanto de fuera como de dentro.
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Con frecuencia tiene dificultades para dejar ir pensamientos y emociones negativos.
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Con frecuencia siente enojo o resentimiento sobre situaciones en su vida o sociedad que parecen injustas, agravantes o simplemente molestas.