Los cactus son plantas pertenecientes a la familia de las cactáceas, es decir, aquellas que acumulan agua en los tejidos para adaptarse a los ambientes secos y calurosos. Además, son variedades resistentes que requieren de muy pocos cuidados.
Es bueno dar un buen riego que moje todo el volumen del suelo, que varios riegos superficiales, que no llegan bien a las raíces, y hay que dejar secar bien la tierra entre riego y riego.
Aunque todos los cactus necesitan mucha iluminación, no todos soportan los rayos directos del sol.
Como norma general, las especies provistas de pelos, espinas muy fuertes o un número elevado de ellas, requieren pleno sol; mientras que las especies con pocas espinas y las crasas requieren una cierta sombra. La ventilación también es muy importante para estas últimas.