El origen de esta costumbre es incierto, sólo se puede hablar de historias, de leyendas, que datan de la Edad Media.
Las bota de navidad que los niños suelen colgar para llenar con dulces y pequeños regalos tiene su origen en una leyenda de la vieja Inglaterra. Según el relato, hubo una vez tres jóvenes hermanas que no podían casarse porque eran tan pobres que no tenían dinero para su dote. Un día, tras hacer los labores del hogar, las tres jóvenes lavaron sus medias y las colgaron en la chimenea para que el calor del fuego las secara. Esa misma noche Santa visitó el pequeño hogar de las muchachas y arrojó tres monedas de oro por la chimenea, las cuales por suerte, fueron a parar en cada una de las medias colgadas.
Esta leyenda ha circulado de voz en voz desde entonces, las personas comenzaron a poner calcetines en sus chimeneas para ver si Santa también dejaba en ellos algún regalo. Con el tiempo, la tradición evolucionó y hoy en día las botas navideñas se han convertido en una especie de proyecto de manualidad, en el cual cada persona decora con su nombre una bota usualmente elaborada con fieltro u otro tipo de tela.
Una de las tradiciones navideñas que más suelen llenar de alegría a los niños es el colgar las botas y esperar los regalos o dulces que Santa Claus, o en el caso de México, a veces los Reyes Mayos, dejan en ellas.