Un estudio estadounidense demostró que el lazo de madre-hija sería el más poderoso de todos.
Unos investigadores estadounidenses decidieron abordar este tema analizando cada vínculo por separado. El objetivo de este estudio, publicado por The Journal of Neuroscience, era demostrar por qué y cómo se transmitían ciertas patologías dentro de la familia.
Los investigadores seleccionaron previamente a familias con buena salud: sin trastornos neurológicos o psiquiátricos, sin antecedentes de consumo de medicamentos fuertes o drogas, sin contraindicaciones para la resonancia magnética (IRM). De hecho, gracias a este examen que pasó cada uno de los participantes, se creó un “mapa” del cerebro.
Los análisis abarcaban las relaciones padre-hija, padre-hijo, madre-hijo y madre-hija en cantidades casi equivalentes.
El propósito del estudio era principalmente entender por qué y cómo la depresión y los trastornos del estado de ánimo parecían pasarse entre los miembros dentro de las familias, particularmente entre madres e hijas.
La investigación llegó a la siguiente conclusión: madres e hijas tienen una anatomía idéntica en la parte del cerebro que gobierna las emociones.
Por ello, la transmisión del esquema emocional será muy fuerte entre ellas, hasta el punto de sentir las cosas de la misma manera y también estar sujetos a las mismas patologías.